El ave que tiene sexo hasta 350 veces por semana

*El pequeño escribano de Smith practica el amor libre: las hembras se acoplan con dos o tres machos para una sola puesta y ellos lo intentan con todo lo que se les pone a tiro.

El escribano de Smith, Calcarius pictus, es una especie de ave paseriforme cantora que se reproduce en tierras del Ártico y migra en invierno hasta las Grandes Llanuras del centro de Estados Unidos. Se alimenta de semillas e insectos.
Esta es la somera descripción de un pajarito norteamericano que cualquiera confundiría con un jilguero común. Es lo que pensé al verlo por primera vez, hasta que un amable guardabosques de la Hi Lonesome Prairie Conservation Area en Benton, Misuri, me sacó de la ignorancia al contarme la apasionada (y extenuante) vida sexual de este plumífero Casanova. Ampliada la historia a base de hincar los codos, les cuento lo que he aprendido.
Pongámonos en antecedentes. El mundo de las aves está lleno de comportamientos extraños e interesantes. Muchos de los más originales están relacionados con el cortejo para conseguir pareja, la defensa de los nidos frente los depredadores y la cría de polluelos.
Entre los más interesantes se cuentan las estrategias de apareamiento. La más común en aves es la monogamia, practicada por aproximadamente el 92 % de las especies.
En la monogamia una hembra y un macho comparten las responsabilidades de construir los nidos, incubar y alimentar a la prole.
La segunda estrategia de cría más común, elegida por el 8 % de estos animales, es la promiscua poliginia, en la que un macho se aparea con múltiples hembras sin formar pareja ni contribuir en absoluto a la construcción del nido. Encima, el ladino macho se desentiende de la progenie, cuyo cuidado deja por completo a las hembras. Estas, ajenas a los derechos femeninos, anidarán en el territorio de un único macho que, sin otra cosa en que entretenerse, se dedicará a cubrirlas.
El tercer tipo de apareamiento, la poliandria, lo practican el 0,4 % de las aves. En esta modalidad los roles sexuales tradicionales se invierten: las hembras se aparean con múltiples machos a lo largo de una temporada de cría y dejan que ellos incuben los huevos y críen la pollada, dicho sea con todos los respetos. Esta modalidad es frecuente en aves costeras.
La última y más rara estrategia de apareamiento, que se presenta en menos del 0,1 % de todas las especies de aves, es la poliginandria. En este caso las hembras se aparean con dos o tres machos, mientras que los machos generalmente ejecutan el viceversa. La hembra pone varios huevos de padres distintos y los machos, constituidos en guardería cooperativa, en lugar de solicitar las oportunas pruebas de paternidad se ocupan desinteresadamente de cuidar de los polluelos con la ayuda –o no– de las hembras.
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